Cuándo te parás en frente a esos edificios sabés que la experiencia va a ser fuerte. El trato del personal es más que cordial, el mantenimiento y la disposición de las salas es excelente, hay tanto para ver, disfrutar y emocionarte que me quedé algunas horas admirando obras de artistas que no conocía, fotografía, esculturas, pinturas te llevan a mirar y admirar sus maneras de expresarse.
Estando en ese ambiente no me pude abstraer de ver las luces, sombras, colores que generan los más variados ambientes, y, teniendo la camara a mano hice algunas fotos que me gustaría compartir, quizás algún dia pueda colgar, aunque sea una fotito en ese templo